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CADENA SIN ROTURAS

Hoy en día, la cadena de frío plantea diversos desafíos a las empresas mexicanas. Uno de ellos es la carencia de regulaciones en torno a los equipos de refrigeración que deben utilizarse y su impacto en el medioambiente

Autor:

Benito Sagredo

La cadena de frío es un sistema para el suministro de temperatura controlada, el cual garantiza a los consumidores (siempre y cuando permanezca intacta) que los productos que adquieren se han mantenido dentro de un intervalo de temperaturas durante la producción, transporte, almacenamiento y venta.

Por lo general, se emplea en el abastecimiento y distribución de bienes perecederos, como alimentos, productos farmacéuticos y químicos. Engloba desde empaques, plantas procesadoras, centros logísticos de distribución, así como  transportación hasta el punto de venta.

Se trata de un sistema formado por diferentes fases o eslabones que integran el proceso de refrigeración y congelación necesario para que los productos lleguen de manera óptima al consumidor final; de verse comprometida alguna de estas etapas, la calidad y seguridad del bien adquirido está en riesgo.

Según la Alianza Global de Cadena de Frío (Global Cold Chain Alliance, por sus siglas en inglés), apenas una de cada tres empresas en el mundo están afiliadas a dicha organización.

En México, son todavía menos las que cumplen con alguna regulación o promueven mejores prácticas. Algunas otras, sin embargo, han emprendido esfuerzos para mantener estándares aceptables, son auditadas por sus clientes y se certifican de acuerdo con su actividad comercial.

Actualmente, existen asociaciones y empresas que, por decisión propia, han impulsado diversas iniciativas en relación al cambio climático, si bien de manera aislada. Asimismo, organizaciones como la ANTAD trabajan de la mano de firmas estratégicas, a fin de promover la eficiencia energética.

 

La eficiencia es la respuesta

Uno de los puntos centrales es la situación en la que están las empresas mexicanas independientes que participan en la cadena de frío, es decir, aquellas que no pertenecen a ningún corporativo ni cuentan con asesoría de profesionales para su desarrollo, pero que tienen la necesidad de construir, remodelar o adaptar sus instalaciones de refrigeración.

Una buena asesoría es crucial para el desarrollo de cualquier un proyecto. Un análisis incorrecto de las necesidades de temperatura y estimación de cargas térmicas, por ejemplo, puede conducir a una selección de equipos de refrigeración o climatización inadecuados, lo cual redunda en un consumo y gasto mayor de energía. Esto impacta los costos totales de operación de manera considerable.

Además de realizar un análisis del proyecto, se recomienda realizar otro acerca del costo total de operación. Éste se define como el costo de los equipos frigoríficos instalados (que representan la inversión mayor) más los de su operación, es decir, la energía que utilizan. En otras palabras, se trata del análisis de la factura de estas unidades, lo cual incluye costos de energía, operación y mantenimiento.

En cuanto al consumo de electricidad, también es fundamental realizar varias estimaciones al año. La mayoría de los fabricantes cuentan con simulaciones de gasto y consumo de energía, principalmente para los compresores y otros componentes importantes.

En México, no existe regulación alguna que estipule cuáles equipos frigoríficos deben utilizarse, como tampoco en lo referente a su gasto de electricidad de acuerdo al tamaño de la instalación o su impacto en el medioambiente (el riesgo de emisiones directas debido al uso de refrigerantes o indirectas por el consumo energético y operación de la unidad). También se carecen de incentivos en lo que respecta al fomento de mejores prácticas que mantengan intacta la cadena de frío.

 

El desafío del mañana

Actualmente en México, crece la necesidad de llevar productos más a la mano. Por un lado, el crecimiento de las cadenas comerciales llega a casi cada rincón del territorio nacional, lo que exige una cadena de frío más moderna y eficiente. Por otro, el incremento en la producción y distribución de productos perecederos exigirá al sector de la refrigeración dinámicas y crecimientos más acelerados.

Un tema insoslayable es la producción y manejo sostenible de los refrigerantes utilizados en la industria. Las sustancias sintéticos, como las oleofinas o mezclas sin cloro, cuentan con menos concentraciones químicas que reducen el calentamiento global. Por su parte, los compresores de última generación pueden ahorrar de 3 a 4 por ciento de energía.

Asimismo, es necesario trabajar para impulsar estándares y regulaciones concretas que beneficien a la industria en su conjunto, a través de asociaciones de fabricantes, distribuidores instaladores y contratistas.

Para ello, será indispensable la selección de equipamiento y refrigerantes acorde a las necesidades y aplicaciones de cada empresa, así como el uso eficiente de la energía eléctrica. La finalidad, por supuesto, será siempre la búsqueda de mejores prácticas, costos de operación más económicos y el aprovechamiento al máximo de cada proyecto.

Balazo:

La cadena de frío es un sistema para el suministro de temperatura controlada, el cual garantiza que los productos lleguen en buenas condiciones al consumidor final

 

Benito Sagredo.

Ingeniero mecánico por el Instituto Tecnológico de Hermosillo y maestro en Ciencias por el Instituto Tecnológico de Tijuana. Actualmente, es gerente regional de Ventas para la Zona Noroeste de BOHN de México.

 

Editorial

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