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Ernesto Terríquez de Minsait México: la sociedad cashless

Hoy colabora para Retailers.mx, Ernesto Terríquez, director de Minsait Payments de Minsait en México.

La evolución de los medios de pago modernos ha sido impulsada, en gran medida, por las innovaciones tecnológicas, el avance de la bancarización y el aumento en la confianza de la gente para utilizar medios alternos al dinero en efectivo. 

Dicha evolución se ha acelerado en 2020: los embates de la pandemia del COVID19, el confinamiento, así como la reducción del contacto físico, han dado paso a nuevas formas de vivir e interactuar no solamente entre individuos, sino también entre empresas y consumidores. 

Se ha denotado también un crecimiento exponencial del eCommerce, de la utilización de medios de pago electrónicos, contactless y móviles, y una reducción temporal del uso de dinero físico. Este contexto permite anticipar una ruta más rápida y directa hacia la transformación digital, así como a una sociedad cashless.

Para prosperar en la era pospandémica, las organizaciones están invirtiendo para implementar lo más rápido posible los mecanismos adecuados que les permitan estar preparadas para la universalización de los medios de pago electrónicos y afrontar los retos que plantea el futuro.  

Es evidente que la actual crisis sanitaria potencializa muchos de los cambios que ya se estaban observando desde 2019, cuando se registraba una adopción relativamente acelerada hacia los pagos NFC, como los pagos por proximidad mediante los teléfonos móviles y otros métodos que apuntaban hacia un menor uso de efectivo.

En este sentido, el IX Informe de Tendencias en Medios de Pagos realizado por Minsait Payments, da cuenta de las principales tendencias que preparan el camino hacia una sociedad cashless, y cómo están influyendo en los usuarios de varios países en el mundo. 

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De acuerdo con este reporte, al año pasado, el dinero en efectivo seguía siendo el principal medio de pago utilizado por la gente, aunque muestra una tendencia a la baja. Por ejemplo, en México, el uso de efectivo en los gastos se redujo del 88% en 2018 a 81% en 2019. Si bien no fue una reducción sustancial…

…el 70% de los entrevistados prevé que desaparecerá antes de 2040, mientras que el 20% cree que sucederá antes del 2030. 

Es muy probable que estos porcentajes varíen considerablemente el próximo año, cuando se contabilice el impacto real de la pandemia en la nueva normalidad, y los compradores se muestren más precavidos en utilizar billetes y monedas (ya que su uso incrementa el riesgo de contagio) e inclinarse por otras formas de pagar sus compras.  

Las tarjetas son el medio de pago más utilizado en el país, es altamente popular entre los mexicanos: cerca de ocho de cada diez operaciones (77%) se realizan así, este porcentaje es muy cercano al del resto de la región (80%). Cabe señalar que las tarjetas siguen siendo utilizadas como un instrumento para retirar efectivo de cajeros automáticos y puntos de venta.

En contraste, las transferencias bancarias electrónicas son el medio por el cual se mueve más dinero entre cuentas empresariales e individuales, entre otras razones porque se utiliza para realizar operaciones con importes más grandes, lo que refleja una mayor confianza y seguridad, potenciadas gracias a sistemas de cámaras de compensación automatizadas (ACH, por sus siglas en inglés) como SPEI. 

Para el momento en que realizó el informe, el efectivo y las tarjetas estaban bastante parejos. Al cuestionar a la población bancarizada con acceso a internet sobre cuál era su medio de pago principal, el 40% mencionó al primero, mientras que el 41% a las segundas.

Una vez más, es posible que la balanza se incline por los plásticos, aunque seguramente hasta el próximo año, cuando se tenga información más palpable. 

Por ahora, una de las preguntas clave entre empresas, bancos y consumidores es de qué manera cambiarán nuestros hábitos con el auge de los pagos digitales, particularmente a medida que vayamos avanzando hacia la nueva normalidad. La posible respuesta emerge de cómo el COVID19 está modificando la percepción de los individuos acerca de los métodos de pago tradicionales y alternativos. 

Por ejemplo, se prevé un incremento en la habilitación de mecanismos de pago a distancia, sin necesidad de tener puntos de venta físicos en los establecimientos, así como de servicios modernos de iniciación de pagos (tarjetas virtuales).

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Respecto a los pagos móviles, sobre los que se ha hablado insistentemente en los últimos años, se prevé un gran despegue en el corto a mediano plazo, con NFC, QR dinámico, QR estático y pago in-app como los más representativos. 

Por lo pronto, el reporte revela que en 2019, los pagos móviles en comercios físicos en México representaban el 30%, mientras que entre particulares era del 13%. Esto representa una relativa ventaja respecto a América Latina, donde alcanzaron el 24% y el 9%, respectivamente. El obstáculo a superar de esta modalidad es, sin duda, el limitado número de establecimientos que los aceptan actualmente. 

Lo cierto es que los medios de pago digitales seguirán su evolución, impulsada por factores tecnológicos o eventos disruptivos como la actual pandemia, pero también por una experiencia del usuario superior que ofrezca omnicanalidad, conveniencia, facilidad y empoderamiento pero, sobre todo, seguridad para operar de forma transparente y continua.

 

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