Hablemos de carne y su inocuidad
Erika Grados, gerente de Marketing de la División de Alimentos y Bebidas de Ecolab Latinoamérica Norte.
Durante los últimos años, se ha acentuado la tendencia del consumo de la carne, ello ha significado el fortalecimiento en su producción y comercialización, ya sea para su preparación en el hogar o en establecimientos donde ya se vende cocinada. En México se consume más carne, cada vez hay más recetas y restaurantes donde se ofrecen los más variados cortes en diversos precios.
Algunas perspectivas del consumo de la carne en números, son las siguientes: para el cierre de 2022, se estima que el consumo per cápita de carne ascienda a 73.9 kilos. Solamente 1% más que el año anterior, debido a temas como la inflación o la crisis de fertilizantes.
Actualmente, México es el quinto consumidor de carne a nivel mundial (pollo 35 kg, cerdo 20.8 kg, res 15.3 kg, carnes frías 8.3 kg, otros tipos de carne 2.2 kg), sitio que alcanzó al tener un promedio de 73.2 kilos al año por persona. Esto ubica al país por debajo de la Unión Europea, Brasil, Argentina y Estados Unidos. Este incremento no es fortuito y es una cuestión muy importante que está alrededor de esta industria y es determinante: la conservación de la carne.
Al ser un producto no terminado, los cuidados que requiere cualquier tipo de carne son de vital importancia, ya que es propensa a albergar parásitos, virus, bacterias y otros organismos patógenos que pueden causar más de 200 enfermedades.
Evitar cualquier tipo de padecimiento parte de un manejo estricto y cuidadoso de este alimento que proteja la inocuidad de lo que llevamos a nuestras mesas. Desde el rastro, manipulación, transporte y exhibición de los productos cárnicos se debe poner especial atención en la limpieza e higiene de quienes los manipulan, de los utensilios que usan, las superficies, los vehículos donde los transportan, los lugares donde se almacenan y donde los consumidores los toman para llevarlos a casa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a nivel mundial, una de cada 10 personas enferma a causa de alimentos contaminados cada año y 48% de las enfermedades parasitarias son de origen alimentario. En el caso de la carne, al ser alimentos crudos y contener una gran cantidad de nutrientes proveen el ambiente ideal para la entrada y reproducción de microorganismos que, en situaciones graves, pueden detonar en enfermedades que causen la muerte.
¿Qué se puede hacer para evitar riesgos? En casa pueden tomarse precauciones, pero qué pasa en todo el proceso previo donde el consumidor no tiene visibilidad o certeza de la forma en la que ha sido tratada la carne que planea consumir o con la que alimentará a su familia.
Existen algunos puntos a tomar en cuenta para evitar riesgos a la hora de comprar carne, tales como:
- observar que la carne esté en refrigeración permanente,
- que el establecimiento esté limpio (en cadenas comerciales hay certificaciones que garantizan que existen protocolos de desinfección y limpieza que protegen la inocuidad de la carne), y
- que el personal siga métodos adecuados en la manipulación de la carne.
Una vez en casa es importante evitar la contaminación cruzada al no combinar alimentos crudos y cocidos y no utilizar los mismos utensilios durante la preparación si antes no fueron lavados y desinfectados. En esta época de calor, es importante preservar y manipular la carne de la forma más adecuada para evitar riesgos y disfrutar unos buenos cortes de carne sin preocupaciones.
