Gamesa Monterrey, de la innovación sustentable al anaquel
Esta planta tiene una capacidad de producción de 183 mil toneladas al año, cuenta con 9 líneas de producción de galletas y es la única en la que se producen Marías Doradas, Fruts, Marías betunadas y barras de piña y fresa.
Para PepsiCo México, Nuevo León es clave para sus operaciones y para el crecimiento sustentable y la innovación en el país. Por ello, la empresa busca reafirmar su posición como uno de los principales aliados de la entidad en materia de inversión y creación de empleo; la planta de Gamesa Monterrey y el Centro de Innovación para la Categoría de Productos Horneados (BCIC, por sus siglas en inglés) son cruciales en este posicionamiento.
En la entidad, la compañía de productos de consumo —que tiene 116 años de presencia en México— emplea a 3 mil 520 personas gracias a la presencia de la planta de producción, 12 centros de distribución y el BCIC, el cual está dedicado a desarrollar nuevos productos para el portafolio de Gamesa, así como a la reformulación de los ya existentes, para hacerlos más saludables al reducir azúcares y sodio.
En el BCIC se crean productos dirigidos a consumidores en Estados Unidos, Brasil, Malasia, Tailandia, India, Corea del Sur, Nueva Zelanda, entre otros países. Su equipo ha sido responsable de innovaciones, como galletas de avena sin azúcar, con yogurt de Quaker, saladas integrales y las Chokis Chocotella, con crema de avellana de Gamesa.
Roberto Martínez, presidente de PepsiCo Alimentos México, afirmó que la presencia de PepsiCo en Nuevo León tiene una larga historia y ha sido definida por su compromiso con impulsar el desarrollo de la comunidad por medio de la generación de empleos y el crecimiento sustentable.
“Desde la automatización de la planta Gamesa hasta la integración de sistemas de recuperación de agua en dicha instalación, nuestro objetivo es que la innovación y el crecimiento vayan siempre con la sustentabilidad en el centro”, comentó.
El BCIC cuenta con un laboratorio de empaque, en el que los equipos de Investigación y Desarrollo (R&D) trabajan para que sean más sustentables y, con ello, cumplir con la una de las metas de sustentabilidad más importantes de la compañía: que 100 % de sus empaques sean reciclables, biodegradables o compostables para 2025.
Respecto a la planta Gamesa Monterrey, es la segunda con mayor volumen de producción en el país, según PepsiCo México. Es fuente de empleo directo para 745 personas y tiene una capacidad de producción de 183 mil toneladas al año; además, cuenta con 9 líneas de producción de galletas y es la única en la que se producen Marías Doradas, Fruts, Marías betunadas y barras de piña y fresa.
La historia de Gamesa Monterrey se remonta a 1921, cuando el joven Alberto Santos González, originario de Nuevo León, creó una galletera al asociarse con sus hermanos Manuel e Ignacio. Juntos adquirieron 50 % de las acciones de la fábrica de pastas Lara, ubicada en ese estado, y comenzaron a producir galletas, al renombrar la empresa como Lara y Santos.
En 1925, los hermanos Santos compraron el resto de las acciones y rebautizaron la compañía como La Industrial, Fábrica de Galletas y Pastas (LISA). Con años, Alberto Santos asumió el cargo de presidente de la compañía y consolidó su visión empresarial en una industria naciente en la ciudad, describió PepsiCo México.
Alberto Santos fomentó una cultura de desarrollo y aprendizaje continuo entre sus colaboradores. “Esta filosofía de crecimiento constante sentó las bases para el nacimiento de la planta Gamesa Monterrey, al impulsar su evolución y éxito en la industria”, señaló la empresa.
Según PepsiCo México, la planta Gamesa Monterrey se destaca “como un líder en innovación y promueve una visión de las más avanzadas respecto a la diversidad y la inclusión. El equipo de la planta ha desarrollado el ´Manual de reclutamiento inclusivo´, un documento para la implementación de políticas que mitigan los sesgos inconscientes en los procesos de contratación”.
El objetivo de este manual es atraer al mejor talento, independientemente de la orientación sexual, el color de piel, las creencias o la identidad de género, con lo que establece un estándar en la industria para prácticas laborales inclusivas, concluyó la empresa.
