El comercio mundial puede desempeñar un papel importante en la mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición y en la lucha contra la pobreza y el hambre, mientras que el uso de normas públicas de base científica es esencial para garantizar la inocuidad de los alimentos, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, a los participantes en el 5º Examen Global de la Ayuda para el Comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Según Graziano da Silva, la inocuidad alimentaria es especialmente importante en el comercio, ya que sirve para infundir confianza a los consumidores y países importadores respecto a los productos comercializados. Por otro lado, los incidentes relacionados con la inocuidad alimentaria, o los brotes de enfermedades transfronterizas de animales o plantas, pueden tener impactos negativos en la salud pública, el comercio, los medios de vida de las personas y en las economías de los países.
Por esta razón la FAO participa en la implementación efectiva de las Medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF) de la OMC necesarias para facilitar el comercio seguro de productos agrícolas, según explicó el Director General durante un debate de expertos en Ginebra.
La FAO desempeña un papel único en este sentido, albergando las Secretarias de dos organismos normativos internacionales, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) y la Comisión Mixta de la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) del Codex Alimentarius -conocido como Codex-, que establece las normas alimentarias internacionales.
El desarrollo del asesoramiento científico para garantizar que la CIPF y el Codex apoyan la participación reforzada de los países en desarrollo en el proceso de elaboración de normas, es también una prioridad de la FAO, como lo es ayudar a desarrollar la capacidad de los países para implementar estas normas de forma fiable.
