Carlos Zegarra de PwC: la ventaja competitiva pospandemia
Hoy colabora Carlos Zegarra, socio líder de Management Consulting en PwC México.
Todas las crisis conllevan oportunidades de desarrollo y áreas de aprendizaje para las empresas, sin embargo, para aprovecharlas y salir triunfantes, es importante reconocerlas a tiempo y generar el conocimiento necesario para implementarlas. Así, será posible salir adelante y fortalecer las estructuras internas para hacer frente a los desafíos que depara el futuro.
De acuerdo con la edición más reciente de la encuesta CFO Pulse Survey de PwC, el 60% de los directores de finanzas en México, considera que habrá una nueva ola de contagios de COVID19, por lo que anticiparse a este posible escenario, será un factor clave en los modelos de negocio. Es por ello por lo que se vuelve indispensable examinar cómo se ha desenvuelto la crisis actual, para entender lo que se puede esperar a mediano y largo plazo.
El ciclo de la crisis
Toda crisis es cíclica y en PwC identificamos que se conforma de cuatro fases. En cada una, las empresas deben desarrollar habilidades para adaptarse de manera casi inmediata a los retos del contexto y así garantizar la continuidad del negocio. Dichas fases son:
Disrupción: en este primer momento, suceden cambios abruptos en la demanda y el cierre de operaciones. Las empresas centran sus esfuerzos en subsistir.
Recuperación: se deben considerar las lecciones aprendidas en la etapa anterior, para determinar si se deben mantener los cambios. En este caso, muchas compañías tuvieron que disminuir su porfolio con el objetivo de eliminar complejidades y enfocarse en los productos que resultaron más rentables o demandados en este periodo de la pandemia.
Ventajas competitivas: es el reconocimiento de los patrones y necesidades de los consumidores para desarrollar modelos operativos innovadores que harán a las empresas ganar territorio en el mercado.
En PwC México determinamos tres acciones que llevarán a las empresas a definir sus ventajas competitivas:
Capacidad de crear nuevos productos y servicios. Esto es entender los cambios en los patrones de consumo y necesidades insatisfechas para generar oportunidades de negocio.
Flexibilidad para adaptar cadenas de suministro y replantear modelos de operaciones para definir aquellos aspectos puntuales de las cadenas que pueden simplificarse.
Acelerar inversiones en automatización y transformación digital y el uso de tecnologías de la industria 4.0 ayudarán a las empresas a optimizar recursos, tanto de producción como del talento, y dedicar esfuerzos en generar modelos innovadores de operación e inclusive de canales de entrega de servicios y productos.
En México, el 94% de las organizaciones confía en implementar medidas orientadas a mejorar las habilidades del futuro, según la CFO Pulse Survey.
Resiliencia: es la fase final del ciclo de la crisis y la consecuencia del éxito de la implementación de las etapas anteriores. Aquí, las empresas que adaptaron sus modelos operativos, seleccionaron adecuadamente a sus proveedores, mejoraron sus procesos logísticos y actuaron ante las demandas de suministro que requirió el contexto, son aquellas que generan la capacidad de reacción requerida para los desafíos a presentarse en futuras crisis.
Acciones para implementar después de la crisis
Los líderes deberán analizar constantemente la estrategia de negocio y capacidades que distinguen a su compañía de otras. Después de la crisis, tendrán que preguntarse qué cambios llegaron para quedarse en su estructura y qué cambios serán temporales.
Es importante también que las compañías identifiquen y se anticipen a las alteraciones y tendencias, para redefinir de manera pertinente las áreas de oportunidad que fortalecerán sus ventajas competitivas en el futuro.
Asimismo, las empresas tienen que empezar a liderar sus negocios con propósito y políticas enfocadas en RSE. Hoy más que nunca, los líderes empresariales deben encabezar sus negocios con un propósito sólido y enfocarse en generar políticas que pongan a sus consumidores y sus equipos de trabajo al centro de sus esfuerzos, preservando su salud y bienestar ante cualquier eventualidad.
En resumen, de esta crisis, las empresas deberán aprender la importancia de volverse esenciales y crear productos y servicios que se adapten de manera eficaz a las demandas de los consumidores. En línea con esto, datos de la encuesta de CFO Pulse Survey arrojan que el 57% de los directores financieros harán cambios en sus portafolios de productos en los próximos meses.
La preparación, anticipación y adaptabilidad serán clave para aminorar impactos económicos desfavorables y, en su lugar, crear herramientas para generar oportunidades de negocio.