Un pequeño anfitrión con grandes expectativas
Soledad Guardia Clausi, socia líder de la Industria de Consumo del Marketplace Cono Sur en Deloitte Spanish Latin America.
Finalmente estamos a un paso del Mundial de Fútbol de 2022. Como es sabido, este se desarrolla del 20 de noviembre al 18 de diciembre en Qatar. Este pequeño emirato está situado al noreste de la Península Arábiga, en el Golfo Pérsico.
Los emiratos están regidos por emires, que equivalen a monaAbrcas en la cultura occidental. El traspaso del poder es hereditario. Qatar posee el 1.5% de las reservas de hidrocarburos descubiertas en el mundo, lo que, en relación con su superficie, lo convierte en uno de los países más ricos del planeta.
Con una superficie de 11 586 km² Qatar cuenta apenas con 2 millones 700 000 habitantes. Para tener una representación más clara de estas dimensiones, comparemos a Qatar con la Ciudad de México. La capital mexicana tiene una superficie de 7 180 km2, eso es un poco más de la mitad de la superficie de Qatar, y cuenta una población cercana a los 20 millones de habitantes, eso es casi 7.5 veces la población de Qatar. Vemos, entonces, que Qatar es un país muy pequeño que tiene una muy baja densidad de población.
Un Mundial muy caro
La Copa Mundial es, hasta ahora, la más cara de la historia del fútbol, superando 15 veces al Mundial de Rusia de 2018. Esta gran diferencia se debe a que Qatar no solo debió construir estadios nuevos para los partidos, sino también todas las obras de infraestructura y servicios que giran alrededor de este mega evento y que poseen los países en general, como hoteles, medios de transporte, calles, redes eléctricas y fluviales, redes cloacales, servicio de agua y saneamiento, etc.
Los estadios del Mundial
Como es sabido, el Mundial se jugará en ocho estadios. Seis fueron construidos para tal efecto. Los estadios se encuentran bastante cerca unos de otros. Gracias a esto, los asistentes al Mundial tendrán la posibilidad de presenciar más de un partido en un mismo día.
Un Mundial en noviembre
Una cuestión que nadie ha pasado por alto es que este Mundial no ha de celebrarse en junio, como es usual, sino en noviembre, es decir, el otoño del hemisferio norte.
Las razones para el cambio de fecha son meramente climáticas. En verano, en Qatar, tal como en el terreno desértico y arenoso de los demás emiratos, la temperatura puede alcanzar los 50 °C, pero durante los meses de noviembre y diciembre, el clima no es tan extremo y la temperatura oscila entre los 25 y los 30°C. Un clima más agradable favorecerá e incentivará a que los visitantes realicen más actividades que las de ir de los estadios a sus hoteles climatizados. Estos podrán recorrer las ciudades y puntos turísticos, hacer compras y, por supuesto, descubrir lo que Qatar tiene para ofrecer.
Festejando el Mundial en Qatar
Resulta muy típico ver por televisión a los fanáticos del fútbol que viajaron al Mundial, celebrando la victoria de sus equipos en las calles, exaltados y eufóricos, mostrando sus banderas y brindando. Sin embargo, en esta edición de la Copa del Mundo parece que no veremos el paisaje urbano mundialista que nos es tan común, dado que el alcohol no forma parte de la cultura de Qatar.
Consumo de alcohol
¿Cuáles son las normas generales respecto del consumo de alcohol en Qatar? La Embajada de Estados Unidos advierte a sus ciudadanos en la página web de su
Embajada en Qatar: “El alcohol es legal en Qatar, pero altamente regulado y solo disponible en lugares delimitados, para adultos no musulmanes y no qataríes mayores de 21 años. La intoxicación pública tiene consecuencias legales, que pueden llegar a la expulsión del país”.
Y más adelante informa lo siguiente: “Algunos locales que venden alcohol pueden negar la entrada o rehusarse servírselo a clientes que tienen aspecto de musulmanes, no importando qué religión, nacionalidad o elección personal tengan. Sin embargo, la mayoría de hoteles y restaurantes que reciben clientes internacionales tienen permitido servir alcohol a sus huéspedes mayores de 21 años, incluyendo la modalidad room service.
Contrato de esponsoreo
Como hace más de 30 años, InBev, la mega empresa dueña de la marca Budweiser, patrocina las Copas Mundiales de Fútbol de la FIFA. Este gigante cervecero aportó 180 millones de dólares para patrocinar las Copas Mundiales de Fútbol de Rusia 2018 y Qatar 2022.
Pero ¿cómo conciliar las leyes de Qatar con las legítimas expectativas del patrocinador? Ante esta compleja situación, la FIFA debió entrar en tratos con el gobierno de Qatar a fin de flexibilizar las reglas del consumo de alcohol durante el evento.
Como resultado de estas negociaciones, el gobierno de Qatar acordó con la FIFA que, si bien no se permitirá que se venda cerveza dentro de los estadios, podrá venderse en el perímetro de los mismos. Los compradores de cerveza deberán beberla dentro del perímetro y no estará permitido ingresar al estadio ni caminar por las calles con esta bebida.
Respecto a los horarios en que se vende Budweiser, se llegó a un acuerdo por el cual la venta en el perímetro del estadio comenzará tres horas antes del partido. Pasadas esas tres horas se suspenderá el expendio de Budweiser para reanudarse a la hora de finalización del partido y solo durante una hora.
Dentro de los estadios habrá puntos de expendio de bebidas sin alcohol entre las cuales se cuenta la variedad de cerveza sin alcohol de Budweiser.
Festivales de fans
Otra posibilidad que Qatar les brinda a los visitantes son los llamados “Fan Fest”. Para esta modalidad de festejo no solo se espera que los fanáticos del fútbol tomen cerveza, bailen, griten y festejen, sino que también disfruten de propuestas gastronómicas, culturales y lúdicas.
Queda por verse si los visitantes al Mundial abrazarán esta forma de festejo, especialmente aquellos que están habituados a participar en festejos mucho más “intensos” de lo que los qataríes están acostumbrados a presenciar.
Qatar y su gran ambición
Sería muy ingenuo pensar que Qatar tuvo, desde el momento de su postulación, la sola intención de ser el anfitrión del Mundial, para lo que decidió invertir 220 millones de dólares, construyendo gigantescos estadios que luego quedarían desérticos, teniendo que ser reacondicionados, desensamblados o asignados a otras funciones.
La ambición de Qatar, como la de otros países petroleros, es desarrollar, con base en su riqueza en hidrocarburos, un país de avanzada tecnología, infraestructura y ciencia, que constituya un punto de referencia en el Golfo Pérsico.
Consecuentemente con su meta, Qatar viene haciendo desde hace algunos años una intensa campaña para exponer las razones por las cuales conviene acercarse al país, ya sea por trabajo, inversiones, cultura, turismo, etc.
Qatar ambiciona especialmente llegar a ser un polo científico, un país que ofrezca a sus académicos todo lo que requieran parar sus investigaciones, evitando así la fuga de cerebros.
La agenda de Qatar, como vemos, va mucho más allá que el Mundial y acaso este último sea su primera gran movida.
Conclusión
Con el deseo de presentarse al mundo brindando lo mejor de sí y preparándose para ser un anfitrión modelo, Qatar se postuló y fue seleccionado como sede de la
Copa Mundial de Fútbol de 2022. Durante 12 años erigió la infraestructura necesaria para recibir a más de un millón de asistentes a este singular evento, invirtiendo sumas de dinero astronómicas para tal fin.
Para celebrar los partidos de fútbol, construyó verdaderas catedrales deportivas
y las dotó de novedosos e inmensos sistemas de refrigeración, que permitirán a los espectadores disfrutar de los partidos con temperaturas agradables. No escatimó dinero en convertir pequeños pueblos en ciudades con moderna infraestructura.
¿Pero, estará Qatar realmente preparado para manejar situaciones en las que se cometan faltas a sus tradiciones y a su religión, especialmente las que infrinjan normas respecto al consumo de alcohol? Desde el 20 de noviembre y hasta el 18 de diciembre Qatar recibe al mundo y por eso estará bajo la lupa de toda la comunidad internacional. El mundo entero observará cómo habrá de reaccionar Qatar ante cada situación, ante cada problema, ante cada episodio inesperado.
Quizás la celebración de la Copa Mundial de Fútbol represente para Qatar una oportunidad única de demostrar su tolerancia, su capacidad de reacción y su ingenio para encontrar soluciones creativas. Y todo esto con una amplia sonrisa.
Si demuestra estas virtudes, muchas personas en el mundo ganarán una visión positiva del país y Qatar habrá dado un paso más hacia la meta que tanto añora: ser muchísimo más que un país petrolero.