Ambos lados de la barda
Sobre los precios de la gasolina, la inflación y algo para la nueva administración
Conozco el sector retail desde ambos lados de la barda.
Estuve en el Banco de México (Banxico) durante 30 años, de los cuales, los últimos 13 fui director de Precios, Salarios y Productividad; de hecho, allí tuve mi primer contacto con la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD). Y justo en la ANTAD, en el otro lado de la barda, llevo siete años trabajando.
He presenciado el crecimiento e importancia de la Asociación, con cuyos asociados trabajé, desde Banxico, en el cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), ya que ellos son proveedores de precios.
No hay que olvidar que la ANTAD surge, entre otros objetivos, para defenderse de las políticas intervencionistas del gobierno, que siempre tiene la percepción de que la inflación daña a las familias y, particularmente a los ciudadanos de escasos recursos, por lo que la autoridad trata de intervenir para corregir esta situación. De ahí la intención de que hay que bajar los precios o controlarlos, como podría ser, en algunos años, el caso de la gasolina cuyo precio se mantuvo fijo.
Esas medidas son una política incorrecta. Se ha probado que conducen a una falta de productividad, deterioro de la cadena de comercio y escasez.
Me llamó la atención un comentario de la futura secretaria de Energía quien señaló: “En todos los países del mundo la gasolina está indizada a la inflación”. Sin embargo, esto no es así.
Los precios mundiales determinan el precio de este hidrocarburo, y hay que considerar que México importa, en una elevada proporción, gasolina desde los Estados Unidos. Por tanto, y considerando que es un insumo importado, el otro factor que debemos considerar es el tipo de cambio, es decir, lo que está causando la inflación en la actualidad es, en realidad, el precio de la gasolina. Cabe señalar que la presión inflacionaria viene del exterior.
Habrá que ver si cuando este energético reduzca su cotización externa, también la mexicana se ajusta a la baja.
De hecho, la gasolina de bajo octanaje es el genérico más inflacionario del INPC, con una incidencia de 1.04 puntos porcentuales en julio de 2018.
El control de la inflación le corresponde a Banxico y, por ello, la importancia de su autonomía, la cual debe continuar en la próxima administración. Sin embargo, no se puede hacer mucho en este caso de los energéticos.
El actual gobernador del Banxico tiene una tarea muy difícil porque si él ve que hay algún tipo de desorden fiscal, que se está gastando más de lo que se tiene, el gobierno tendrá que pedir prestado, y eso significa emitir más instrumentos de deuda por parte del gobierno. Las tasas de interés subirían y la presión del gasto impactaría en la inflación.
Pero regresando a la inflación, la trayectoria descendente se ha interrumpido en los últimos meses. Sin embargo, el hecho de que ésta llegue a bajar no implica que los precios lo hagan; lo más probable es que se mantendrán en su nivel actual. La única excepción es la de algunos alimentos agropecuarios, los cuales sí tienen la característica de ser flexibles, fluctuando al alza o a la baja, de acuerdo con la oferta del mercado.
Otra consideración importante para evaluar la inflación y el nivel de precios, es que estos indicadores afectan de manera diferenciada a diversos grupos poblacionales, siendo el caso más grave el de las familias de menores recursos, que gastan más en alimentación.
Doctor Javier Salas Martín del Campo.
Ponderadores del INPC – CCIF*
Segunda quincena de julio de 2018
Alimentos y bebidas no alcohólicas 25.8%
Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles 19.6
Transporte 13.8%
Restaurantes y hoteles 9.5%
Recreación y cultura 4.9%
Prendas de vestir y calzado 4.8%
Bienes y servicios diversos 4.7%
Muebles, artículos para el hogar y para su conservación 4.5%
Educación5.5%
Comunicaciones 3.1%
Salud 3%
Bebidas alcohólicas y tabaco 2.7
* Canasta CAB INPC según la Clasificación del Consumo Individual por Finalidades (CCIF)