RIESGOS DEL IoT
Los blancos más atractivos serán aquellos cuya vulneración proporcione más beneficios, económicos a los atacantes.
Almohadas, cafeteras, juguetes, equipo médico, sistemas de entretenimiento, parquímetros, cámaras de videovigilancia, automóviles, aviones: la llegada de los objetos conectados a la red (IoT, por su sigla en inglés) es inminente, incluso sin que las personas se den cuenta.
Dimitry Bestuzhev, Director del Equipo de Investigación y Análisis de la firma de ciberseguridad Kaspersky Lab para América Latina, reconoce que el crecimiento de la conectividad en los objetos representa un enorme desafío para la seguridad de los usuarios y para los desarrolladores de tecnología.
De acuerdo con proyecciones de Cisco Systems, los objetos conectados pasarán de 5 mil 800 millones de unidades en 2016 a 13 mil 700 millones en 2021. Este volumen representará más de la mitad de los 27 mil 100 millones de dispositivos y conexiones esperadas para 2021.
Para México, Cisco pronostica la existencia de 384.9 millones de dispositivos conectados en 2021, desde los 249.4 millones de 2016. Las conexiones de Internet de las Cosas representarán 40% al sumar 155.3 millones de aparatos conectados en 2021, cuando en 2016 sumaron 64.6 millones y representaron 26% del total de conexiones.
Los objetos conectados son blancos cada vez más atractivos para los ciberatacantes. Las cifras de Kaspersky Lab dan cuenta que en 2017, las muestras software malicioso dirigido a los objetos conectadas superaron las siete mil unidades, y más de la mitad surgieron en lo que va de 2017.
Bestuzhev enumeró tres factores que hacen atractivos los sistemas para los ciberatacantes: primero, que sea popular y usado ampliamente; segundo, que exista suficiente información y documentación sobre su arquitectura; y tercero, el nivel de vulnerabilidades y la auditoría de los sistemas para mantenerlos en funcionamiento y con parches actualizados para las brechas detectadas.