Héctor Cobo de SAS México: Cinco tendencias de negocio
El Customer Intelligence será crítico para realizar una mejor planeación, en particular en el sector minorista
Héctor Cobo, VP regional para SAS México, Caribe y Centroamérica
El mundo se prepara para recibir 2022 después de haber experimentado grandes cambios en todos los ámbitos de la actividad humana en el último par de años, y en el que si bien se vislumbra cierta recuperación económica y avances en el terreno de la salud, aún se percibe cierta incertidumbre y volatilidad.
Aunque las empresas siguen actuando con cautela, todas las industrias están poniendo en práctica las lecciones aprendidas, y sus líderes diseñan las estrategias de negocio alrededor de temas como la digitalización, el comportamiento de sus clientes, los cambios en el mercado, el riesgo y el cumplimiento, y las innovaciones tecnológicas, entre otros.
En este sentido, el impulso que la pandemia dio a la transformación digital a escala global la ha convertido en el eje central alrededor del cual operan las empresas actualmente y, sin duda, lo seguirán haciendo en el futuro. Y es también el punto de partida para abordar las tendencias que las organizaciones necesitan integrar en sus estrategias de negocio y prosperar bajo la nueva normalidad. Así que repasemos dichas tendencias que van a contribuir al éxito de las organizaciones en 2022 y en los años por venir.
Transformación digital
La transformación digital continuará su inercia, pero las organizaciones van a detenerse a analizar cuidadosamente lo que les ha funcionado mejor de ésta y evolucionar a partir de sus hallazgos. Y es que en el momento de acelerar su digitalización debido al confinamiento y la ampliación de actividades virtuales, tuvieron poco tiempo para planear pues debían atender lo urgente.
En los próximos dos a tres años seremos testigos del impacto real de esta transformación en áreas como el conocimiento de los clientes, campañas de marketing más enfocadas y efectivas, así como mejoras en los procesos internos.
Gestión del riesgo
La volatilidad económica ha llevado a las instituciones financieras a redimensionar el riesgo bajo el que operan en el actual contexto, y en particular a una mejor administración de su cartera de servicios, incluidos los créditos. Por ello, están enfocando muchos de sus esfuerzos a realizar pruebas de estrés para conocer el nivel de riesgo a partir de un cálculo preciso de sus reservas.
El sector financiero fue uno de los que más avances tuvo en digitalización a raíz de la pandemia; hoy necesita identificar a los segmentos de usuarios que no están bancarizados para crecer en ese rubro, por ejemplo, y comenzar a ofertar créditos a partir del conocimiento a fondo del perfil de los clientes potenciales. Al mismo tiempo, las pruebas de estrés les permitirán anticiparse a los jugadores del sector a los escenarios en caso de que haya un rebrote del COVID-19, y cómo afectaría el pago de créditos.
Seguridad
La seguridad recobró gran relevancia debido a incremento en el número de ataques que se suscitaron cuando los colaboradores comenzaron a trabajar de forma remota. La protección, por tanto, recibirá inversiones en el corto y mediano plazos, aunque no serán tan significativas.
Asimismo, las organizaciones necesitan integrar en su planeación estrategias para afrontar las amenazas internas, y disuadan los comportamientos maliciosos de su personal y reducir así el riesgo organizacional. Además, desarrollan políticas bien establecidas y buscan el apoyo ejecutivo para los programas de combate al fraude, así como de iniciativas de capacitación continua.
Prevención de fraudes
La prevención de fraudes es otra tendencia que tendrá que figurar en las agendas empresariales. Desde el robo de identidad hasta la prevención del lavado de dinero, las compañías necesitan actualizar sus sistemas dedicados a identificar estas prácticas ilícitas, especialmente cuando las regulaciones en la materia se vuelven más complejas y los gobiernos establecen lineamientos más estrictos.
Inteligencia del cliente
La inteligencia del cliente, o Customer Intelligence (CI), será crítica para realizar una mejor planeación, en particular en el sector minorista, en una era en la que los patrones de compra y el comportamiento de los consumidores pueden cambiar relativamente rápido. Asimismo, será relevante considerar el entorno resultante en el que los entornos físicos se combinarán con los digitales, a lo que se ha denominado phygital, para lo que el análisis avanzado de datos generados en ambos mundos será una herramienta fundamental.
Por otro lado, además de las tendencias antes mencionadas, las empresas necesitan tomar hoy las decisiones que marcarán el rumbo de su negocio en los próximos dos a tres años, y las cuales tendrán que estar basadas en los datos que generen de sus operaciones diarias y de su relación con clientes y socios.
Asimismo, necesitarán automatizar tales decisiones para poder ajustar en el menor tiempo posible las campañas, promociones, precios, inventarios y los servicios que ofrecen a sus clientes. A diferencia de los pasados meses, cuando tuvieron que responder y evolucionar rápidamente, las organizaciones están paradas sobre pilares más firmes para fortalecer su transformación digital, aprovechar las principales tendencias y utilizarlas efectivamente en todos los ámbitos de su negocio.