Dónde está la tecnología en el retail y cómo contribuye a la sustentabilidad
Santiago Loaiza, gerente de Cuentas Corporativas de la División Food Retail Services de Ecolab.
En los últimos años, el retail ha experimentado una transformación tecnológica profunda. La mayoría de las empresas están ejecutando cada vez más innovaciones digitales para mejorar la experiencia de compra de sus clientes, pero si pensamos que la tecnología se encuentra únicamente en los sistemas de venta, entrega, cobro o reparto, estamos muy lejos de la realidad.
El objetivo de toda transformación o avance tecnológico aplicado en cualquier área es aumentar el valor que se obtiene, impulsar la productividad y la eficiencia, y modernizar los sitios de trabajo a través de la mejora en la experiencia del cliente y de quienes prestan el servicio, es decir, la operación.
Con el auge de los medios digitales, como la inteligencia artificial para proporcionar asesoramiento personalizado, la realidad aumentada para mejorar la experiencia de compra del cliente y la adopción de prácticas más responsables, las empresas están reduciendo el desperdicio de materiales, energía y recursos. Esto ha permitido reducir el impacto ambiental de la producción y al mismo tiempo aumentar los ingresos.
Ya somos muy conscientes de que las empresas están usando herramientas digitales para mejorar la gestión de la cadena de suministro, lo que permite a los minoristas rastrear el origen de los insumos, verificar sus fuentes de energía y otros recursos para determinar si cumplen con los estándares y sus objetivos de sustentabilidad. Pero no toda la tecnología se concentra ahí.
Si bien la limpieza y la desinfección siempre han sido fundamentales para el funcionamiento de un negocio de retail, el uso de la tecnología moderna ha hecho posible una mayor eficiencia y una mejor protección contra los gérmenes y otros agentes patógenos.
Cada avance e innovación permite a los minoristas mejorar y mantener la calidad de los productos y garantizar que se cumplan los estándares de seguridad, reducir el desperdicio de materiales y ahorrar energía y agua al mismo tiempo que mejoran la satisfacción del cliente. Estas innovaciones, combinadas con la adopción de prácticas responsables, están ayudando a las empresas a reducir el impacto ambiental sin comprometer la rentabilidad.
Un ejemplo de ello es que existen espumas limpiadoras que disminuyen el tiempo de trabajo hasta 33 % y el uso de agua hasta en 50 % mientras eliminan 99.5% de la suciedad, en comparación con tecnologías más antiguas que únicamente remueven 45.2 % con mayor gasto de agua y tiempo.
La tendencia es clara: hacer más con menos y que la huella medioambiental sea la menor posible para garantizar que los negocios sean sostenibles en el largo plazo. Un consumidor más informado y exigente está reclamando a sus marcas favoritas poner atención no sólo a ofrecer precios bajos y buenas experiencias de compra, sino también a ser espacios seguros desde la perspectiva de inocuidad alimentaria y salud pública, pero sin descuidar el impacto que tienen en las comunidades donde operan.
El uso de soluciones de limpieza que sean biodegradables y no tóxicas, así como equipos de limpieza que sean eficientes en el uso de energía y en los resultados que entregan hace que se reduzcan las emisiones de CO2, el consumo de agua y energía y las empresas pongan su granito de arena para un futuro más limpio y sostenible.
